Bruno Fernandes

El brutal asesinato de Eliza Silva Samudio tuvo como principal espectador a su propio amante, el exitoso portero del Flamengo, Bruno Fernandes. Él encargó el crimen a unos amigos, cuando supo que la modelo no se detendría en su demanda por la paternidad del hijo que tenían en común.

Así como en el caso de O.J. Simpson, la famosa y oscura historia que emitirá en estreno mundial A&E, las manos de un célebre deportista volvían a cubrirse de sangre, tras asesinar a su pareja.

Los escándalos por infidelidad eran prácticamente una rutina en la vida marital de Bruno. Eliza era tan sólo una amante más, la última en aparecer, hasta que la noticia de su embarazo desencadenó la tragedia. Ella no sólo se negaba a abortar, como pretendía Fernandes, sino que, una vez nacido, bautizó al bebé con el nombre Bruno. El inequívoco mensaje significó el comienzo del fin.

Por encargo del futbolista, la muchacha fue secuestrada, más tarde estrangulada y finalmente descuartizada, para alimentar con sus restos a una jauría de perros. Cuando todo terminó, Bruno organizó una fiesta para los asesinos en su mansión.

El 8 de julio de 2010, un mes después del crimen, Bruno Fernandes fue encontrado culpable de asesinato, rapto, asociación ilícita y otros delitos, aunque de menor gravedad, por lo que fue condenado a 22 años de prisión.