Como un fantasma ayudó a identificar a su asesino
Una tarde de enero de 1897, el herrero Edward Shue le pidió al hijo de su vecino que se dirigiera hasta su casa, para ver si su esposa necesitaba algo del mercado.
Al llegar a la residencia de Shue, el niño encontró a Elva, esposa del herrero, ubicada al pie de la escalera, muerta.
Desesperado, el niño corrió hasta su casa y describió la escena a sus padres, quienes rápidamente se pusieron en contacto con el médico legista del área, George Knapp.
Al llegar a la escena, George cayó en cuenta de que Elva había sido llevada a la habitación por su propio marido. Knapp trató de examinar el cuello de la difunta, pero el marido se disgustó. Por respeto al duelo del viudo, el médico no realizó el control pertinente.
Durante el funeral, en la ciudad natal de Elva, todos cayeron en cuenta del extraño comportamiento del viudo, que caminaba de un lado a otro y de vez en cuando enderezó el cuello y la cabeza de la mujer difunta.
Las apariciones
La madre de Elva, Mary Jane Heaster, estaba convencida de que su hija había sido asesinada. Ella nunca simpatizó con Edward y puso en contacto con el fantasma de Elva.
Durante cuatro noches consecutivas, Mary Jane tuvo contacto con Elva, quién le contó que fue abusada cruelmente por su marido. En la noche del crimen hubo una discusión durante la cena y Edward se levantó y giró el cuello de su esposa en 360 grados.
Mary Jane se puso en contacto con el fiscal de la ciudad para lograr que se reabriera el caso. Luego de insistir mucho, y segura de lo que vio, convenció al fiscal para iniciar una nueva investigación.
El fiscal encontró que el matrimonio con Elva ya era el tercero para Edward. El primer matrimonio había terminado en divorcio y su ex mujer había declarado ante la policía que él era un hombre extremadamente violento. El segundo matrimonio terminó solo ocho meses después con la misteriosa muerte de su segunda esposa. Edward, fue llevado a juicio.
El juicio
El problema era explicar al jurado que la evidencia del crimen fue brindada por un fantasma.Edward fue condenado a cadena perpetua, pero murió víctima de sarampión y neumonía solo a tres años del crimen.
En Greenbrier, West Virginia, donde todo esto sucedió, hasta el día de hoy el caso está marcado como el "único en el que el testimonio de un fantasma ayudó a atrapar al asesino."
Fuente: Mentalfloss
Foto: Shutterstock, Inc.