Conoce al alquimista que habría inspirado Frankenstein
Detrás de la creación del clásico Frankenstein hay un gran misterio.
Es conocida la historia de que la autora de la novela del monstruo, Mary Shelley (1797-1851), entonces sólo con 19 años, tuvo la idea de crear su libro de horror durante las vacaciones, en una lluviosa noche de verano en Dinamarca junto a sus amigos.
Lo que no está claro hasta hoys es cómo Shelley llegó al nombre de Frankenstein. Se cree que se inspiró en algunos de sus viajes por Alemania, en particular, por la zona de Darmstadt. Allí, ella puede haber escuchado el folklore local acerca de Frankenstein Burgo (que era un apellido común) y el alquimista alemán Johann Konrad Dippel, que vivió una vida similar a la de Víctor Frankenstein, del romance de la novela.
Dippel nació el 10 de agosto de 1673, en el castillo de Darmstadt, que unos años antes, desde 1252 hasta 1662, albergó a la familia Frankenstein. El padre de Dippel era un pastor luterano que vivía en el castillo debido a la persecución religiosa de Alemania en ese momento.
Seres humanos deformados
El niño creció y se convirtió en un alquimista que daba que hablar entre los aldeanos. Había una leyenda que decía que en su laboratorio Dippel producía homúnculos, es decir, seres humanos deformados. El folklore de la región también lo acusa de desarmar cuerpos en un intento de traer a los muertos a la vida. Decían que en un laboratorio secreto, Dippel estaba buscando el "secreto de la vida" y, para eso, hervía huesos y cabellos con trozos de hierro y coágulos de sangre.
El alquimista pasó algún tiempo buscando el Arcanum Chymicum, un compuesto alquímico que sería un "elixir de la vida". Dippel creía que este compuesto podría mantenerlo con vida hasta 135 años. Se cree, sin embargo, que el científico habría muerto envenenado después de 61 años en uno de estos experimentos en la búsqueda de la longevidad.
Plomo en oro
Claro es que lo que el alquimista perseguía era la riqueza, ya que intentó convertir el plomo en oro. Incluso llegó a montar un laboratorio en Berlín para llevar a cabo sus experimentos con este objetivo. Pero sus investigaciones no dieron el resultado deseado e incluso fueron consideradas superadas por los grandes del momento como Isaac Newton y Robert Boyle.
Dippel contribuyó al descubrimiento de pigmento azul-prusiano, utilizado por los tintoreros y pintores. Pero quizás su mayor contribución haya sido la inspiración para el clásico, hasta hoy influyente, de Mary Shelley.
No te pierdas este domingo un nuevo episodio de Las Crónicas de Frankenstein.
Fuentes: Superinteressante, HuffingtonPost
Imagen: Anton_Ivanov/Shutterstock.com