Jairo Castillo

Los testigos fueron lapidarios: 'el tigre' Castillo y sus acompañantes venían evidentemente de juerga, blandiendo una botella de whisky desde la ventana de su camioneta, que circulaba a gran velocidad por las calles de Cali, Colombia. El escenario era el presagio de una muerte anunciada. No la del futbolista Jairo Castillo.

Aunque sin las macabras aristas del caso de O.J. Simpson, cuya trama más oscura devela el próximo estreno del especial de A&E, los excesos volvían a involucrar a un deportista con la muerte.

Había sido una larga noche de fiesta. Como un bólido, la camioneta que conducía Castillo pasaba un nuevo semáforo en rojo, pero sin suerte esta vez. En una seguidilla interminable, golpeó brutalmente a un taxi, que no sufrió mayores consecuencias, e inmediatamente embistió un poste de alumbrado. Para cuando el vehículo se detuvo, completamente volcado, una de sus ocupantes, Claudia Ojeda, ya estaba muerta. Su hermana, Katherine, falleció algunas horas más tarde.

En el hospital, los médicos atendieron al resto de los acompañantes, que revestían heridas de menor consideración, y a Jairo Castillo, que acusó consumo alcohólico en los análisis forenses.