La aterradora vida de una chica travesti en una prisión de hombres
La cárcel suele ser un calvario, especialmente para aquellos presidiarios considerados como los débiles del pabellón. Sin embargo, para algunas personas esta experiencia puede incluso ser aún más aterradora: Emilce Lobos se llama así desde los 16 años, cuando decidió dejar de ser Daniel Hernando y convertirse en la mujer que sabía que era. Hace cinco años que está detenida acusada por un supuesto homicidio, aunque todavía no fue condenada.
En un principio, la dejaron en los pabellones comunes donde sufrió todo tipo de abusos. No solo la trataban de forma despectiva, sino que la violaban tanto los presos como los guardias, quienes en más de una ocasión aparecían en el medio de la noche para acosarla. También la descuidaron a nivel físico, negándole sus medicaciones para el HIV, o las hormonas para su tratamiento.
El maltrato que sufrió fue tan grande, que incluso una vez resultó encapsulada una de sus prótesis mamarias por el fuerte golpe de un oficial. Además, no le daban permiso para estudiar ni para trabajar como a cualquiera de los otros reclusos por lo que decidió hacer una huelga de hambre, algo que hizo que termine internada con anemia aguda.
Ahora la trasladaron a un pabellón de trans y homosexuales en el que asegura que su vida mejoró mucho. "Acá en Ezeiza estamos mejor tratadas; unas treinta seremos. Hace un tiempo me casé con Walter, que pasó por gay y está detenido conmigo", cuenta.
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