Los transportes públicos más raros del mundo
El medio de transporte es fundamental para el desarrollo de las sociedades y, como tal, ha sabido adaptarse a las condiciones geográficas y socioeconómicas más diversas, determinando muchas veces los ejemplos más raros (o disparatados) del mundo.
- El autobús anfibio: especialmente diseñado para transitar terrenos mixtos, el Amfibus funciona tanto en los Países Bajos como en Escocia, transportando a sus 50 pasajeros con suma versatilidad, a una velocidad de hasta 100 kilómetros por hora, en tierra, y 14 kilómetros por hora, en agua.
- El Mokoro: en Botsuana, África, los pantanos del Delta de Okavango son prácticamente inaccesibles, excepto para el ancestral Mokoro, una piragua fabricada a partir de un tronco, que ha permitido al hombre movilizarse a base de tracción humana, desde tiempos ancestrales.
- El Schwebebahn: en Wuppertal, Alemania, este monorriel opera como parte integral de la red de transporte público, cubriendo una ruta que se extiende a lo largo de 13 kilómetros, suspendidos a 12 metros del suelo, a través de un recorrido que tiene 20 paradas y dura 35 minutos.
- El Chiva Express: en Ecuador funciona un pintoresco híbrido entre autobús y ferrocarril, construido para conectar los Andes con la costa, que permite transportar pasajeros, alimentos y hasta pequeños animales, con comodidad y eficiencia.
- La calesa oriental: en Kioto, Japón, todavía funcionan las calesas orientales tiradas por hombres, no con fines turísticos, como sucede en otras partes del mundo, sino como una auténtica forma de transporte público.
FUENTE: wanderlust.co.uk
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