Polémica: La justicia de Estados Unidos frenó la fabricación de armas con impresoras 3D
Son muy populares en series y películas de acción. Las pistolas fabricadas en impresoras 3D, hechas de plástico rígido son también fáciles de armar y ocultar, pero difíciles de rastrear. Los amantes de las armas y defensores de su libre portación esperaban que entrara en vigencia la autorización para poder convertir los planos en armas reales. Pero sorpresivamente un juez federal bloqueó esa posibilidad y puso fin a un acuerdo que el gobierno de Donald Trump alcanzó con la compañía que planeaba comercializar en internet las instrucciones para fabricarlas.
El juez federal Robert Lasnik de Seattle, Washington, aceptó la solicitud de los fiscales de ocho estados del país y el Distrito de Columbia, y calificó el acuerdo con el grupo Defense Distributed como “arbitrario y caprichoso”. A finales de junio, el gobierno federal había autorizado a la empresa a poner en línea los planos digitales que permiten la fabricación casera de armas de fuego con una impresora 3D.
Pero más allá de que los objetos estén hechos de plástico, son tan letales como cualquier revólver o fusil tradicional. Y los principales peligros radican en que al no ser industrializados por un fabricante autorizado, no tienen número de serie, tampoco suenan al pasar por un detector de metales y potencialmente no se pueden rastrear.
Activistas, políticos y algunos funcionarios se mostraron muy preocupados por la posibilidad de que cualquiera pudiera fabricar un arma desde la comodidad de su casa y que las mismas cayeran en manos de criminales y terroristas. Por su parte, Defense Distributed presentó una demanda en la que dice ser víctima de un programa de intimidación y acoso por motivos ideológicos, lo que vulnera sus derechos contemplados en la Primera Enmienda.
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Fuente: Clarín
Imagen: Shutterstock