Bebés tras las rejas

En Nueva York, Estados Unidos, funciona el correccional de máxima seguridad de Bedford Hills, una de las pocas prisiones estadounidenses que permite a las reclusas vivir junto a sus bebés, algo con lo que no todos los expertos en infancia están de acuerdo.

Las madres en prisión, sin embargo, creen que esta alternativa es mejor que la de entregar a sus hijos a algún familiar o servicio de acogida, algo que deben decidir en el transcurso de tan sólo 24 horas.

“Antes de estar aquí, pensaba que era una idea terrible. ¿Un bebé en prisión? No, gracias'', dice Dumas, una madre presidiaria de 24 años, mientras que su hija Codylunn se hamaca en una silla. Y agrega, "pero en realidad es maravilloso poder pasar tanto tiempo con mi pequeña... Es una bendición hacerlo''.

El debate está abierto entre aquellos que consideran que los niños criados en un ambiente carcelario pueden resultar perjudicados para siempre, y los que estiman que este tipo de prácticas permiten al niño desarrollar un apego psicológico de vital importancia.

Una de cada veinticinco reclusas en Estados Unidos está embarazada al momento de ingresar a prisión, según estadísticas oficiales. Entre las más de 100 prisiones para mujeres disponibles en el país, tan sólo ocho cuentan con servicio de guardería para niños.

Dumas estaba embarazada cuando fue detenida junto a su pareja, acusados de robo. Su hija nació algunos días después de que ella aceptara los cargos y fuera enviada a Bedford Hills para cumplir una condena de dos años.

“Sigue dando miedo'', asegura Dumas. “En cualquier momento, si haces algo que no debes con tu bebé, podrían enviarlo a casa''. Ella sabe muy bien que son muchas las mujeres que han perdido la posibilidad de vivir con sus hijos por mala conducta.

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Fuente: clarin.com
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