De jugar el Super Bowl a morir en la cárcel
La terrible historia de Aaron Hernández.
Hay historias que parecen destinadas a la grandeza pero terminan en tragedia, la de Aaron Hernández es una de ellas. Aaron Hernández era un joven talentoso, un deportista destinado al estrellato; parecía tenerlo todo, familia, dinero, amor, pero detrás de todo eso se ocultaba un lado oscuro que acabaría con todo.
El padre de Hernández también había sido un deportista prodigioso, pero como hombre de familia lo había hecho todo mal. Déspota y violento, fue él quien decidió que sus dos hijos jugaran fútbol americano. Allí, Aaron se destacó de inmediato, rompiendo récords estatales y llamando la atención de mucho equipos universitarios. Fue reclutado por la Universidad de Florida, en donde comenzó a jugar sin alcanzar el mínimo rendimiento acádémico. Peleaba a menudo con sus compañeros y consumía marihuana y otros estupefacientes, pero su rendimiento en el campo de juego era sobresaliente.
En el año 2010 se presentó al Draft de la NFL, en donde, para sorpresa de todos, fue elegido recién en la cuarta ronda, después de muchos otros jugadores de menor talento. Esto significaba claramente que los entrenadores sabían que Aaron era un chico problemático. Sin embargo, tuvo la fortuna de ser elegido por el mejor equipo de la liga, los Patriotas de Nueva Inglaterra. Allí, Aaron se esforzó por ganarse la confianza del entrenador. Lo logró, fue titular desde el primer partido y su rendimiento fue sobresaliente. Su segundo año fue aún mejor, fue elegido al juego de las estrellas y ganó el Super Bowl con una anotación suya. Nueva Inglaterra lo premió con un nuevo contrato: 40 millones de dólares por cinco temporadas. Aaron se convirtió así en una súper estrella.
En el 2012 pidió al manager de Nueva Inglaterra ser transferido a otro equipo, pero su pedido no fue escuchado, no parecía buen idea deshacerse de una estrella. Lo que nadie sabía era que Aaron Hernández quería irse de la ciudad y escapar de la justicia.
Durante la pretemporada del 2013, Aaron fue detenido por la policía. Se le acusaba de haber asesinado al novio de su cuñada. Las pruebas en su contra eran contundentes. El juicio y el veredicto se demoró, pero finalmente fue declarado culpable en 2015 y condenado a prisión perpetua. Pero más allá de ese juicio, durante el proceso otros crímenes presuntamente cometidos por el jugador de fútbol americano fueron saliendo a la luz. Se le acusó de 3 asesinatos más, intentos de asesinato, peleas, lesiones y uso de armas. Todo indicaba que, mientras Aaron fue una estrella de la NFL, su fama lo había librado de enfrentar a la ley, pero una vez que su estrella se había apagado, las acusaciones en su contra no se hicieron esperar.
En abril de 2017, Aaron Hernández fue encontrado inocente de dos cargos más en su contra, sin embargo, cinco días después fue encontrado sin vida en su celda. Aaron se había quitado la vida ahorcándose con las sábanas de su cama. Así terminó la triste historia de Aaron Hernández, cuando apenas tenía 27 años de edad.
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Fuente: infobae.com
Imágenes: istockphoto.com