¿El caso de un niño asesinado en 1983 está cerca de una resolución?
Ocurrido en 1983, el asesinato de Grégory Villemin en una pequeña ciudad del interior de Francia, ha dejado a este país sin palabras desde hace más de tres décadas.
Todo comenzó cuando el pequeño Grégory, de tan solo cuatro años, fue encontrado muerto en un río cercano a su casa con los pies y manos atados. En los procedimientos que se iniciaron luego del hecho, nunca fue posible encontrar pruebas suficientes que incriminen a algún sospechoso. Cuando parecía que el proceso había llegado a su fin, aparecía una nueva evidencia o alguna acción se iniciaba y todo volvía nuevamente a foja cero.
Desde entonces se ha visto una red de intrigas digna de un novelón mexicano: cartas anónimas, errores judiciales, asesinatos y muertes misteriosas que parecen no tener final.
El caso ha sido reabierto hace poco más de un mes, debido a que surgieron nuevas evidencias, y con ello más de tres familiares terminaron en prisión.
Pero el primer hecho extraño no demoró mucho en aparecer. El juez Jean-Michel Lambert, quien llevaba el caso desde el comienzo, fue encontrado muerto en su residencia con una bolsa plástica alrededor de la cabeza. No había signos de violencia en el lugar, así como tampoco una nota de suicidio.
Si esta situación puede parecerte extraña, entonces prepárate. Son apenas dos entre los tantos momentos extraños de la investigación, que se arrastra desde hace años.
Vayamos por partes:
- El primo del padre del niño, Bernard Laroche, fue el primero en ir preso al momento del asesinato, señalado por la cuñada, Murielle Bolle.
- Bolle retiró la declaración un año después y Laroche fue liberado.
- A los pocos días de su liberación, Laroche fue asesinado por el padre del niño, Jean-Marie Villemin.
- Villemin fue preso inmediatamente.
- La madre del niño, Christine Villemin, fue presa meses después de este episodio acusada de haber matado a su propio hijo. Fue liberada en 1993, luego de que se retiró la acusación.
- En 1987, el juez Maurice Simon sustituyó a Lambert. Treinta años después, el nuevo magistrado divulga las incoherencias y las fallas del proceso que condujo su predecesor.
- El caso fue reabierto en 1999 y en 2008. En el transcurso de ese período se realizaron más de 400 pruebas de ADN, 100 testigos fueron interrogados y se recibieron 2.000 mensajes anónimos.
Recientemente, el caso se reabrió gracias al progreso de la tecnología forense, en especial en lo que respecta a los análisis de ADN.
La inmensa cantidad de cartas, análisis grafológicos y denuncias volvió a poner en aprietos a los investigadores.
Pero ahora, con los vuelcos que brinda la tecnología, más personas han debido presentarse ante la policía.
Para entenderlo mejor, es necesario volver a las matemáticas:
- En junio de este año, tres integrantes de la familia del niño asesinado fueron detenidos: el tío abuelo, Marcel Jacob, su esposa, Jacqueline, y ahora Murielle Bolle, quien años antes había delatado al cuñado.
- Marcel y Jacqueline fueron liberados inmediatamente, pero continúan bajo la mira de los investigadores.
- Los investigadores consideran que Bolle, quien tenía 15 años en aquella época, retiró la declaración porque fue presionada para hacerlo. Ante los nuevos hechos asegura que es inocente y para demostrarlo resolvió comenzar una huelga de hambre. Coincidentemente, esta medida terminó el día que el juez Jean-Michel fue encontrado muerto.
Más novedades deben surgir en los próximos meses.
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Fuente: http://g1.globo.com
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