¿Qué cárteles surgieron tras la caída del Jefe de Jefes?
La caída del Cártel de Guadalajara fue el inicio de la sanguinaria guerra narco en México.
Los orígenes del narcotráfico en México se remontan muchas décadas atrás. Sin embargo, la organización del narco tuvo su gran hito en los años 70, cuando un joven y ambicioso traficante construyó las bases de un gran imperio que sería conocido por el mundo entero como el Cártel de Guadalajara. Ese hombre fue Miguel Ángel Félix Gallardo. Él, junto a sus dos grandes socios, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca, alias “Don Neto”, reunieron a todos los traficantes de droga del norte de México bajo un solo mando, el suyo, y juntos amasaron una fortuna sin igual, traficando marihuana, amapola, y, asociados a los cárteles colombianos, cocaína.
Sin embargo, todo se vino abajo con el secuestro, tortura y asesinato de Kiki Camarena, el agente de la DEA que se había propuesto descubrir y derribar al Cártel de Guadalajara. Tras el crimen, de poco sirvieron las alianzas que Félix Gallardo había construido a lo largo de los años. Caro Quintero y Don Neto fueron capturados, y finalmente el propio Félix Gallardo, a quien apodaban el Jefe de Jefes, también fue puesto tras las rejas en 1989. Con su captura, el narcotráfico entró en una nueva era.
Durante el reinado de Félix Gallardo, los narcos se encargaban del tráfico de drogas en el norte de México y reportaban al Jefe de Jefes. Pero tras su captura el Gobierno mexicano informó que el capo, ya en prisión, organizó una reunión con sus principales allegados para asignarles a cada uno el lugar del país en el que trabajarían desde ese momento en adelante. Según esta información el reparto habría sido así:
1. Tijuana, Baja California: Familia Arellano Félix.
2. Tecate, Baja California: Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.
3. San Luis Río Colorado, Sonora: Luis Héctor Palma, “El Güero”.
4 y 5. Nogales y Hermosillo, Sonora: Emilio Quintero Payán.
6. Ciudad Juárez: Familia Carrillo Fuentes.
7. Sinaloa: Ismael Zambada García, “El Mayo”.
Tiempo después Félix Gallardo admitió que dicha reunión había existido, pero aseguró que quién repartió las plazas no fue él, sino el jefe de la policía antinarcóticos, González Calderoni, por orden de sus superiores, dando a entender que el narcotráfico siempre estuvo asociado con el Gobierno: “Los narcos no estábamos contra el Gobierno, éramos parte del Gobierno”.
Sin embargo, lo que se había intentado mantener como una alianza entre los viejos asociados, se rompió cuando la familia Arellano Félix decretó la autonomía de su territorio y empezó a cobrar tarifas especiales a los demás traficantes que querían usar la codiciada frontera (Tijuana) con California, Estados Unidos. El Cártel de Guadalajara ya no existía, pero ahora existía el Cartel de Tijuana, el Cártel de Sinaloa, el Cartel del Golfo, etc.
Las alianzas entre narcos dieron paso a la guerra sin cuartel, la cual se recrudeció aún más cuando el propio Gobierno les declaró la guerra abiertamente. Actualmente, diversos grupos narcos son eliminados y dan paso al surgimiento de nuevos cárteles, en un círculo vicioso que parece no tener fin, pero que comenzó con la caída del Cártel de Guadalajara y del Jefe de Jefes.
Fuente: elpais.com
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