¿Qué se necesita para reabrir una investigación?

Una nueva pista puede ser la clave de todo.

Si te gustan las series policiales o de investigación, seguramente estás familiarizado con el término “cold case”. Es el nombre que se le da a los casos sin resolver cuya investigación fue cerrada. Pero ¿por qué se cierra un caso?

Una investigación criminal se puede cerrar por distintos motivos, pero, por lo general, se cierra cuando…

La investigación ha concluido satisfactoriamente y se ha capturado a la persona o personas que cometieron el crimen.

La investigación no ha sido capaz de determinar la culpabilidad de una persona o carece de pruebas para acusar a nadie.

Por supuesto, el que a nosotros nos resulta más interesante es el segundo escenario, ya que cuando un caso se cierra por falta de pruebas, implica que el criminal se ha salido con la suya y no ha sido atrapado. Y esto, además, trae aparejado un misterio: ¿Quién es el culpable? En las series y películas policiales seguramente has visto casos que se reabren muchos años después de haber sido cerrados, ¿por qué? ¿Qué se necesita para reabrir una investigación?

Pues bien, una investigación, por lo general se reabre cuando:

La persona que fue hallada culpable del crimen demuestra su inocencia.

Nuevas pruebas surgen y abren una línea de investigación que antes fue ignorada.

En este segundo escenario, muchas veces son nuevas tecnologías las que posibilitan el análisis de elementos que pueden ser cruciales en la investigación. Por ejemplo, antes de la década de los 80, el análisis de ADN no existía y no fue sino hasta la introducción de esta nueva técnica que se resolvieron muchos casos del pasado que permanecían sin resolver. Las pruebas estaban ahí, pero la tecnología para poder utilizarlas no existía.

Otro elemento que puede reabrir una investigación es el testimonio de un nuevo testigo. Alguien que no estaba dispuesto a cooperar durante la investigación original, pero con el tiempo decide hablar. O bien, un testigo de otro caso que confiesa algo relacionado con el caso cerrado, o incluso, un criminal que confiesa haber cometido el crimen por el que otro fue condenado.

Las estadísticas demuestran que mientras más tiempo pasa, más difícil es resolver un crimen (las primeras 48 horas son fundamentales), y cuando ese tiempo se remonta a años sin novedades, el caso se considera cerrado, y, casi, sin posibilidades de ser resuelto. Es por eso que los investigadores valoran tanto cualquier dato que puedan obtener, aunque no sea sobre el caso que están investigando en ese momento, ya que esa nueva pista podría significar resolver un viejo “cold case” y finalmente llevar justicia a la víctima y a su familia.

Si el tema de los casos sin resolver te apasiona tanto como a nosotros, no te puedes perder cada uno de los episodios de CRÍMENES NO RESUELTOS, a partir del lunes 1 de agosto, solo por A&E.